miércoles, 29 de julio de 2009

Reflexiones desde La Garriga (#1): La innovación en el vino: ¿sacrilegio?

(Aquí teniu disponible el post original escrit en català)

Hoy martes, vía Twitter, he mantenido una interesante conversación - conjuntamente con @GemmaUrgell, @Odilas, @RicardEspelt y @AlexDuran_ - sobre los usos terapéuticos del vino ;-)

Además ha coincidido con la estrena del usuario @Debatdevi en Twitter.

Es curioso, hace un par de días que quería escribir un post relacionado con el vino, para ser más exactos, quería hablar sobre la innovación en el vino.

Todo viene de algunas iniciativas de modernización del sector del vino, un ejemplo la encontramos en el Debat de vi (debate del vino). Otro ejemplo lo tenemos en los vinos 100% ecológicos (aquí más que innovación hay que hablar de volver a las raíces ancestrales), y un tercer ejemplo - quizás más anecdótico - lo encontramos en el uso de códigos QR en el etiquetado del vino de la bodega Cingles Blaus (DO Montsant).


En todo caso, lo que es cierto es que el vino siempre ha estado rodeado de una cierta aureola de misticismo, de tradición, de artesanía, de linaje ... (sólo hay que ver la contraetiqueta de la mayoría de botellas de vinos).

Eso le da una categoría especial a este producto pero, a la vez, también es una barrera de entrada a otros colectivos de la sociedad.

Una anécdota personal: me casé hace 6 años; seleccionamos todos los detalles del convite ... excepto el vino, le dije al maître que seleccionara uno normalito, correcto.

Actualmente tengo claro que lo seleccionaríamos nosotros ... un viaje por Argentina y Chile me abrió los ojos (y el paladar) a los (buenos) vinos, (después he ido descubriendo los de aquí).

Esta anécdota me sirve para ilustrar que hay muchos sectores de la sociedad (especialmente los jóvenes) que están alejados del vino.

Y personalmente creo que esta aureola del vino que comentaba antes es la que provoca esta barrera.

Pero, a la vez, muchos de los que beben vino no entienden este producto sin todo este 'envoltorio' de tradición, de costumbres, que lleva asociado.

De hecho, cualquier innovación puede ser vista como un sacrilegio, como una blasfemia. Éste es uno de los ejemplos que aporta
Alessandro Baricco en su ensayo "Los bárbaros" sobre el cambio de paradigma que está desarrollando la sociedad, centrado (no exclusivamente) en las nuevas tecnologías.

Baricco explica cómo los soldados americanos que participaron en la Segunda Guerra Mundial volvieron a su país con la costumbre adquirida de beber vino. En los USA se encontraron con que no había vino ... hasta que alguien decidió crearlo.

Pero éste alguien no tenía las costumbres ancestrales pasadas de generación en generación, tampoco tenía el conocimiento perdurado a lo largo del tiempo ... pero sí que tenía claro qué quería: un vino para paladares poco exigentes, de hecho, eran paladares neófitos con el vino, por lo que no tenían ideas previas. Sin embargo, claro está, tenía que ser un vino que ligara bién con las comidas (y costumbres) típicamente americanas.

El resultado fue un vino que en nuestros ojos diríamos que es un vino 'resultón', 'fácil', sin poco cuerpo, un vino muy superficial, nosotros lo despreciaríamos.

Pero resultó un vino con mucho de éxito, tanto que se exporta a todo el mundo.

El motivo: se innovó pensando en el usuario, llegando a más sectores de la población (dado que, además, tenía un precio bastante asequible), y deshaciéndose de esta aureola que tiene el vino clásico.

Baricco define este vino como un "vino sin alma", sus rasgos distintivos son:
  • "El alma se pierde cuando se dirige hacia una comercialización en auge". ¿De esta afirmación se deduce que el buen vino tiene que estar restringido?
  • "Hay una revolución tecnológica que rompe de repente con los privilegios de la casta que ostentaba la primacia del arte". Se refiere a que hasta que no se inventó el aire acondicionado era imposible hacer vino fuera de los lugares tradicionales. Por lo tanto, el aire acondicionado fue toda una innovación.
  • "(...) utilizan una nueva lengua. Naturalmente más simple." Se refiere a la acción de Robert M. Parker para instaurar un simple (y controvertido) sistema de puntuación de los vinos. De esta manera, la gente que no era muy ilustrada podía saber en todo momento si un vino era mejor que otro simplemente contrastante la puntuación de los dos. Eso ayudó mucho a popularizar los vinos, especialmente en los USA.
  • "La espectacularidad se convierte en un valor". Lo explica mejor diciendo que este (nuevo) vino busca "el camino más corto y más rápido para el placer", y apunta "es como si la idea de belleza fuera sustituida por la de espectacularidad". Por lo tanto, tiene que ser un vino que entre a la primera (aunque sea a costa de perder matices, degustación, profundidad ...).
  • Es un vino ideado y creado en los USA, eso también le da unas características especiales propias de los americanos.
  • Y quizá lo más importante: "Una determinada masa de gente invade un territorio al que, hasta ahora, no tenía acceso y cuando toman posiciones no se contentan con las últimas filas: es más, a menudo cambian la película y ponen la que a ellos les gusta". Se refiere al hecho que el vino resultón americano ha ganado tantos adeptos que en muchos lugares del mundo es más fácil encontrar estos vinos que los vinos europeos, los "vinos clásicos".
Todo eso me ha hecho reflexionar sobre la innovación en el sector del vino.

Personalmente soy partidario de cualquier innovación, el inmovilismo no forma parte de mi diktat, por lo tanto, no creo que innovar, abrir el vino a más sectores, aplicar nuevas ideas, implique que estemos haciendo ningún sacrilegio.

Sin embargo también es importante tener siempre presente la historia, el conocimiento adquirido a lo largo de generaciones, incluso de siglos en el caso del vino.

Supongo que la mejor opción es innovar teniendo presente el conocimiento adquirido.

Al fin y al cabo, si no innovas tienes el peligro de desaparecer dado que la sociedad sí que se está innovando continuamente.



Reflexiones desde La Garriga pretende ser un serie de posts sobre aquello en que quiero reflexionar, sin que esté necesariamente relacionado con las nuevas tecnologías, simplemente aquello que me pasa por la cabeza y quiero compartirlo.

Aprovecho estos días de pre-vacaciones he empezado esta serie de posts.

(La fotografia es de una chimenea del 1912 obra del arquitecto Raspall, uno de los arquitectos más representativos del modernismo de La Garriga, la fotografia la he obtenido de Wikimedia Commons)

2 comentarios:

Lorena dijo...

Que post tan original! No sabia la anécdota de los americanos, siempre se aprende algo...
Creo que la cultura del vino esta muy arraigada a nuestra sociedad por lo que ha implicado como sector económico y símbolo.Sin embargo, se ha quedado como estancada durante años...hasta que se puso de nuevo de moda y resultaba cool, perdón y resulta a la fecha.
Esto esta m bien, pero que mal hemos
vendido nuestros extraordinarios vinos de Rioja!
Y que me dices del tinto de verano, que tiene que envidiar al famoso lambrusco! Que mal nos vendemos los espanoles! Y que bienque existan iniciativas como catavino, geniales!

MarcG dijo...

Lorena,

Gracias por la visita.

Tienes razón, los españoles no sabemos (o no sabíamos) vender nuestro vino (y nuestro aceite...).

De hecho, en el libro Baricco (escritor italiano) habla de los vinos italianos y francesese como los vinos con tradición, ni comenta los vinos españoles.

También es un tema de tópicos: los vinos franceses se asocian a más calidad que, por ejemplo, los españoles.

Y, para mi paladar, es díficil encontrar un vino mejor que un Priorat (por poner un ejemplo de aquí).