
Soy de los que piensa que la apertura de datos es un proceso que va mucho más allá de la simple disposición pública de dichos datos. Es un paso importante para la transparencia, un concepto clave para que las administraciones recuperen la confianza de la ciudadanía, un concepto clave para romper la actual tendencia hacia la total desafección política, pero también, un concepto clave para generar riqueza.
De hecho, un proceso de apertura de datos es, sobre todo, un cambio de mentalidad, no es sólo un cambio tecnológico, sino que remueve los cimientos de la Administración... por eso cuesta tanto implantarlo.
En el fondo, si sólo fuera un problema técnico sería una cuestión presupuestaria... es un proceso que implica cambio de mentalidad de los dirigentes públicos, y, sobre todo, provoca la pérdida de poder a los que actualmente retienen la información.